Con la llegada de diciembre, el espíritu festivo se apodera de muchos lugares, pero hay países que eligen no participar en las celebraciones de Navidad y Año Nuevo. Estas decisiones se fundamentan en razones culturales y religiosas que definen su enfoque hacia estas festividades.
Entre los países que no celebran la Navidad se encuentra Arabia Saudita, donde, a pesar de la creciente tolerancia religiosa, las festividades navideñas no son una práctica generalizada. China, mayoritariamente budista, taoísta o confucionista, también no celebra oficialmente la Navidad. Irán, Argelia, Tayikistán, Corea del Norte e Israel son otras naciones con enfoques diversos hacia estas festividades debido a sus contextos culturales y religiosos particulares.
En Arabia Saudita, las celebraciones navideñas eran consideradas transgresoras en el pasado, pero la creciente tolerancia y la presencia de expatriados han influido en un cambio gradual. En China, aunque la Navidad no es oficial, elementos festivos han llegado a través de la globalización. En Irán, la celebración del ‘Nouruz’ destaca sobre la Navidad.
Argelia, con una población mayoritariamente musulmana, no promueve activamente las festividades navideñas. Tayikistán ha prohibido recientemente tradiciones navideñas, mientras que Corea del Norte, con festividades cristianas prohibidas, limita las celebraciones. A pesar de ser la cuna del cristianismo, Israel, centrado en el calendario hebreo, no celebra ampliamente la Navidad.
La decisión de no celebrar la Navidad ni el Año Nuevo en estos países refleja su diversidad cultural y religiosa, mostrando cómo las tradiciones y contextos locales moldean las prácticas festivas. Cada nación elige su enfoque en función de sus valores y creencias arraigados en su historia y cultura.