En la mágica noche del 7 de diciembre, las calles se llenan de luz y de los susurros de deseos que se elevan junto a las velitas encendidas. Este día marca el inicio oficial de la temporada navideña en Colombia, donde cada llama es un faro de esperanza que ilumina los corazones de millones.
Desde tempranas horas, familias se preparan para encender las velas, cada una representando un sueño, un agradecimiento o la promesa de nuevos comienzos. En las calles, comerciantes ofrecen velitas de colores y faroles, convirtiendo la ciudad en un mar de destellos y colores festivos.
La tradición no es solo encender una vela; es un acto lleno de significado. En la esquina de una calle, una señora sabia explica los colores: rojo para el amor, blanco para la guía divina, amarillo para la prosperidad. Cada familia prepara su rincón de velitas con cuidado, algunos incluso creando faroles reciclados como una expresión creativa de la festividad.
Los niños, ansiosos, preguntan a qué hora encenderán las velas. Para ellos, es una noche llena de magia sin necesidad de entender los matices de cada vela. “Si se apaga, yo quiero volverla a prender”, declaran con la inocencia que solo ellos poseen.
Las parejas planifican su primer deseo, las familias se reúnen alrededor de las velas de todos los tamaños, y los más pequeños disfrutan de la tradición sin comprender completamente su significado. En medio de risas y abrazos, el Día de las Velitas se convierte en un acto colectivo de celebración y unión.
El cielo se ilumina con fuegos artificiales, anunciando la llegada de la Navidad. En las ventanas, niños y adultos buscan el origen de los destellos que marcan el inicio de la festividad. Mientras tanto, algunos cuidan de sus mascotas asustadas por los estruendos, recordando que la noche es para compartir y cuidar de todos.
Las rutas navideñas se convierten en la elección perfecta para muchos, mientras otros prefieren disfrutar de los alumbrados navideños desde la comodidad de su hogar. La ciudad se llena de planes para recorrer, saborear y disfrutar en esta temporada tan especial.
No falta quien, con bolsitas de velas en mano, ofrezca la oportunidad de llevar la luz a casa. “¡Veci!, le tengo la bolsita de 10 velas a tan solo $6.500, ¿Cuántas lleva?”, anuncia un vendedor callejero. Aunque los precios suban, las velitas siguen siendo un elemento imprescindible para la celebración.
En medio de la diversidad de celebraciones, algunos no participan por distintas razones. Pero para la mayoría, el Día de las Velitas es el comienzo oficial de la magia navideña. Más allá de las creencias, la tradición une a las personas en la esperanza de un futuro mejor y la alegría de compartir con seres queridos.
Al encender las velitas, recordamos la historia que marcó el inicio de esta tradición, la noche en que el Arcángel Gabriel anunció a María la llegada de Jesús. Sin importar las creencias individuales, la luz de las velitas simboliza la esperanza, la fe en un nuevo ciclo lleno de prosperidad y la alegría compartida en familia.
Que estas festividades decembrinas nos regalen momentos llenos de amor, unión y esperanza. ¡Feliz Día de las Velitas! Que la luz de cada vela ilumine nuestros caminos y nos guíe hacia un año lleno de bendiciones.