La negociación del salario mínimo en Colombia se complica mientras sindicatos y gremios mantienen posturas rígidas. Los sindicatos insisten en un aumento del 18%, argumentando una deuda histórica con los trabajadores, mientras los gremios piden considerar la inflación y la productividad negativa. El Gobierno, por su parte, acusa a los empresarios de confort con la precarización laboral.
La mesa de negociación para el salario mínimo en Colombia concluyó en medio de tensiones y acusaciones. Sindicatos exigen un aumento del 18%, argumentando una deuda acumulada de 36 puntos en los últimos 17 años. Los gremios, sin ofrecer una cifra, piden considerar inflación y productividad negativa. Las posturas parecen irreconciliables, generando incertidumbre sobre un acuerdo este año.
Los sindicatos, liderados por la CUT, defienden su solicitud basándose en la falta de consideración de la productividad de los trabajadores y la mayor inflación experimentada por los más pobres. Mientras tanto, los gremios solicitan mantener una metodología técnica y considerar la inflación del 9.2% al 9.4% de este año, así como la productividad negativa. Ambas partes, aunque dispuestas a continuar negociando, mantienen posturas firmes.
Con 2.5 millones de trabajadores ganando el salario mínimo según el Dane, la decisión sobre el aumento salarial para el próximo año está en un punto muerto. A pesar de las tensiones, se espera que el gobierno continúe las conversaciones en busca de un acuerdo antes de diciembre, fecha límite para expedir el decreto reglamentario.