En la capital del Atlántico se gestaba un plan criminal que parecía sacado de una película de acción. Una banda compuesta por al menos siete miembros intentaba pasar desapercibida adoptando la apariencia de turistas. Durante varias semanas, han estado planeando meticulosamente el golpe, reservando un apartahotel para afinar detalles y ocultar armas de largo alcance.
No obstante, parece que cometieron algunos errores que posibilitaron a los investigadores de la Policía frustrar el intento de asesinato.
“Gracias a las acciones preventivas llevadas a cabo por nuestras unidades especializadas, se recibió información sobre la presencia de un grupo de presuntos sicarios que había ingresado a la ciudad. De inmediato, se activaron las alertas tempranas en coordinación con todas las unidades especializadas, comenzando un proceso de recopilación de información, entrevistas a fuentes humanas, entre otras medidas”, declaró el general Herbert Benavidez, comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, el martes 14 de mayo.
Mientras se llevaba a cabo la captura de los primeros cuatro sospechosos, se realizaba un registro en el apartahotel. La sorpresa fue enorme cuando descubrieron que no solo tenían pistolas y revólveres, sino un verdadero arsenal: un fusil AK-47, dos cargadores de fusil, 42 cartuchos calibre 7,62, dos pistolas marca Glock con dos cargadores, una pistola marca Stoeger Cougar con un cargador y 49 cartuchos de nueve milímetros.